jueves, 13 de octubre de 2016

Una reflexión sobre los Ahogamientos en España.

El ahogamiento en España es un importante problema de salud pública. Y no es sólo porque cause casi medio centenar de fallecimientos al año, sino porque se sigue produciendo una cifra de fallecidos de tamaña magnitud, a pesar de todos los esfuerzos de los operativos de Socorrismo. Nuestro equipo estima que los equipos de Socorrismo de las playas españolas realizan entre 6.000 y 10.000 intervenciones, asistencias y rescates en situaciones de ahogamiento real o potencial, y eso sin contar un número igual o superior de acciones preventivas que evitan que esas situaciones se produzcan. Todo esto supone que otras tantas víctimas potenciales se salvan de engrosar las cifras de una estadística que, (salvo las farragosas cifras de fallecimientos del INE), no existe en España de manera oficial.
Lamentablemente, no hay una estrategia de ámbito nacional, ni siquiera autonómico, que implemente acciones eficaces de prevención y de intervención ante el Ahogamiento, salvo que tengamos en cuenta los tibios mensajes de aviso que repiten rutinariamente cada verano los organismos oficiales.
Podemos hablar, por citar un ejemplo obvio, de lo que desde 1960 se viene haciendo con los Accidentes de Tráfico y sus resultados. Sin el ánimo de comparar y salvando las distancias, mencionar que otros problemas, quizá con similar incidencia que también causan fallecidos, y aunque sean muchos menos, (como por ejemplo, y con todo nuestro respeto por esta lacra, las víctimas de violencia de género) son objeto de merecidas y bien organizadas campañas públicas de prevención, concienciación e intervención, con amplia y diaria presencia en los medios y acciones de gran impacto sobre la opinión pública.
En un país como España con más de 68 millones de visitantes en 2015, el que un 40% de los implicados en un Ahogamiento sean extranjeros y aunque el porcentaje sea mínimo frente al número de visitantes, tampoco nos deja en buen lugar.
Y mucho menos si consideramos que España, situada en el primer lugar del mundo en el turismo y particularmente en el de sol y playa, debería ser también la número uno mundial en cuanto a la calidad y eficacia de los operativos de Socorrismo y la referencia a seguir en este aspecto para todo el mundo. Por desgracia, nada más alejado de la realidad.

Y, mientras tanto, la cruda realidad son cifras como éstas:


Descarga la infografía completa en este enlace.

La Escuela Segoviana de Socorrismo acaba de cumplir 20 años. Nacimos en 1996 desde el convencimiento de que un Socorrista mejor preparado era la primera y más eficaz barrera frente al Ahogamiento, pero enseguida nos dimos cuenta que había que actuar también en otros frentes. Y han sido 20 años en los que, además, venimos haciendo una larga lista de acciones dirigidas a este objetivo. Somos una organización pequeña, pero muy comprometida y hemos sido pragmáticos para conseguir el máximo efecto posible: por un lado pensamos globalmente, con nuestros trabajos de mejora técnica del Socorrismo o el estudio de seguimiento de Ahogamientos y, por otro, actuamos localmente: desde el año 2000 hacemos programas de intervención con la población y en especial con los niños dentro de las familias, colegios, piscinas, clubes deportivos, y otos colectivos. Además de nuestra estrecha colaboración con AETSAS, participamos activamente en todos los foros, congresos y acciones nacionales y grupos de trabajo internacionales.
Ahogamiento nace en 2008 como un proyecto conjunto de ESS-SosSegovia y AETSAS para recoger datos sobre los que realizar estudios y análisis que nos permitieran implementar acciones preventivas eficaces sobre los factores de riesgo implicados en los ahogamientos, minimizar la posibilidad de su ocurrencia y mejorar la intervención y el pronóstico de las víctimas cuando se producen.
Desde el inicio del Proyecto de Seguimiento de Ahogamientos en España hemos estado difundiendo y publicando periódicamente informes con cifras, datos y mensajes de todo tipo para reducir tanto el riesgo del Ahogamiento como su incidencia en cuanto a víctimas mortales. Siempre hemos sido conscientes de la necesidad e importancia de tener presencia en los medios de comunicación y, más recientemente, en las redes sociales, para difundir el mensaje de prevención frente al Ahogamiento.
Cuesta mucho que nuestro mensaje llegue a los medios y parece que la prensa sólo quiere conocer la última cifra, saber cuántas personas han fallecido al día de hoy para llenar un par de columnas que sobran en la maqueta. Son raros los periodistas que realmente profundizan en el tema y buscan asesoramiento de quienes son los verdaderos expertos en el tema.
Lleva mucho tiempo lograr que el tejido social se conciencie de que el Ahogamiento es un serio problema que puede afectarnos a todos. Es una tarea extenuante conseguir que los responsables públicos, de todos los niveles, tomen conciencia de que intervenir en la reducción de ahogamientos es una tarea tan perentoria como hacerlo en los accidentes de tráfico.
No cejaremos en nuestro esfuerzo, pero necesitamos colaboración y apoyo. La colaboración de todas y cada una de las personas de este país para conseguir que la incidencia del ahogamiento se reduzca hasta desaparecer. El apoyo de los medios, entidades públicas y privadas y el respaldo de las Administraciones públicas y sus responsables para implementar políticas, normativas y operativos eficaces que obtengan resultados cuantificables y, por supuesto, la puesta en marcha de un sistema nacional único y compartido de recogida de datos que permita avanzar eficazmente en la detección de los factores de riesgo e incidir sobre ellos.
Hoy en día, podemos afirmar ya con rotundidad que el Ahogamiento y, por ende, el Socorrismo Profesional es un área de conocimiento en dónde la evidencia científica está firmemente asentada y deja, o al menos debería hacerlo, muy poca cabida a los iluminados y a todos aquellos que se aprovechan de los aspirantes a Socorristas para vender una formación que no merece siquiera tal nombre.
La formación en Socorrismo se balancea hoy, por un lado, entre la profesionalización y la regulación normativa de los contenidos formativos y, del otro, en una absoluta falta de control de las acciones formativas. Entre medias, un buen número de empresas y entidades tratan de capear las olas ofreciendo formación, muchas veces honesta, pero con niveles de calidad muy dispares. No es el objetivo de esta entrada tratar la formación en Socorrismo, pero sí que hay que añadir que ésta disparidad formativa no contribuye precisamente a reducir el problema.
No podemos olvidar la presencia, y al mismo tiempo, la responsabilidad que tienen en este tema las empresas privadas que gestionan mediante concesiones y concursos la mayoría de los operativos de Socorrismo del país en playas, parques acuáticos, piscinas y otros entornos acuáticos. A pesar de los recortes, de las licitaciones con pliegos que imponen servicios miserables, pensados poco menos para que simplemente se vea que hay Socorristas, actúan muchas empresas modélicas capaces de gestionar servicios del máximo nivel profesional a pesar de las limitaciones y recortes. Serán quizá estas empresas, esperamos, uno de los factores que más empujen por la existencia de servicios de Socorrismo profesionales y eficaces, que conformen ese modelo del que ahora carecemos.

Y, por último y quizá lo más importante, alentar a que haya una colaboración efectiva entre todos los que estamos relacionados de una u otra manera con el Ahogamiento y el Socorrismo. Cuando nuestro objetivo es prevenir y salvar vidas, no caben parcelas, partidismos, cerrazón, exclusiones o conflictos de intereses.
Sólo colaborando, compartiendo, coordinando, reconociendo los logros de los otros y apoyándonos mutuamente en un frente común, que sea capaz de movilizar tanto a la sociedad como a los responsables públicos y Administraciones, que en última instancia son los responsables de implementar las medidas necesarias, seremos capaces de obtener resultados eficaces en la lucha contra el Ahogamiento.